martes, 15 de julio de 2008
La hermenéutica
La hermenéutica (del griego ερμηνευτική τέχνη, hermeneutiké tejne, "arte de explicar, traducir, o interpretar") es la ciencia y arte de la interpretación, sobre todo de textos, para determinar el significado exacto de las palabras mediante las cuales se ha expresado un pensamiento.
Clasificación
Hermenéutica filológica
Se distinguen, por una parte, la «hermenéutica filológica», surgida históricamente en Alejandría por la tarea de establecer el sentido auténtico de los textos antiguos, y particularmente los grandes poemas de Homero, oscurecidos por el tiempo, en tanto que aquel es inmanente a la situación de comunicación en la que han sido producidos.
Hermenéutica bíblica
Se encuentra desde los siglos XVII y XVIII aplicada a una interpretación correcta y objetiva de la Biblia. Baruch Spinoza es uno de los precursores de la hermenéutica bíblica.
Hermenéutica filosófica
Por otra parte, la «hermenéutica filosófica» es independiente de la lingüística y busca determinar las condiciones trascendentales de toda interpretación. Es decir, interpreta las actividades del hombre
Origen y evolución de la hermenéutica
El término hermenéutica proviene del verbo griego hermēneuein que significa declarar, anunciar, esclarecer y, por último, traducir. Significa que alguna cosa es vuelta comprensible o llevada a la comprensión. Se considera que el término deriva del nombre del dios griego Hermes, el mensajero, al que los griegos atribuían el origen del lenguaje y la escritura y consideraban patrono de la comunicación y entendimiento humano; lo cierto es que este término originalmente expresaba la comprensión y explicación de una sentencia oscura y enigmática de los dioses u oráculo, que precisaba una interpretación correcta. Otros dicen que el término hermenéutica deriva del griego "ermēneutikē", que significa "ciencia", "técnica" que tiene por objeto la interpretación de textos religiosos o filosóficos, especialmente de las Sagradas Escrituras; "interpretación" del sentido de las palabras de los textos; "teoría", ciencia volcada en la interpretación de los signos y de su valor simbólico.
Otro concepto y, así, en defensa de la hermenéutica aquí mismo, es que, lo hermético –lo semántico aquí- viene de la escuela instituida en Egipto y que debe su nombre a su fundador, Hermes Trismegisto. Quedando así para la historia el concepto de lo hermético –la enseñanza ocultista de una escuela, lo secreto- como aquello que solo se revela a un grupo de miembros militantes de una doctrina cualquiera tal y como se pretendía fuera esta escuela. Hermetismo es, por ende, lo secreto, lo no revelado, lo cerrado o encerrado, lo no accesible ni público, lo oculto e incluso, lo que esta –por mágico o irrazonable- más allá de la comprensión simple y así, hermenéutica, el estudio del significado de cualquier símbolo oculto detrás de algo, principalmente de la palabra. Es decir, en mucho, un intento más de minimizar la enajenación del lenguaje. La hermenéutica intenta descifrar el símbolo o significado detrás de la palabra y, con ello, intenta la exégesis de la razón misma sobre el significado. Muchos escritos –y Platón, en su Timaeus, declara decenas de miles mantenidos por más de 9,000 años en los corredores del templo de Neith en Sais, Egipto- son atribuidos a Hermes Trismegisto. Durante el medioevo y el renacimiento, los documentos que le fueron atribuidos a Hermes, fueron conocidos como “hermética”. De hecho, influenció siempre a los alquimistas y magos de la época. Por más, la frase o término: sellado herméticamente, hacía referencia a los conjuros que protegían mágicamente cualquier objeto. La hermenéutica es una herramienta magnífica del intelecto, es -como se dijo antes- exégesis de la razón misma, solo que, ligada irremesiblemente a la razón y por ello a la palabra, conoce el límite en el símbolo. La idea, trasciende la razón.
La necesidad de una disciplina hermenéutica está dada por las complejidades del lenguaje, que frecuentemente conducen a conclusiones diferentes e incluso contrapuestas en lo que respecta al significado de un texto. El camino a recorrer entre el lector y el pensamiento del autor suele ser largo e intrincado. Ello muestra la conveniencia de usar todos los medios a nuestro alcance para llegar a la meta propuesta.
Un parcial sinónimo de la hermenéutica es la exégesis (del griego εξηγεσθαι, exegeiszai, "explicar, exponer, interpretar"). Evémero de Mesene (siglo IV a. C.) realizó el primer intento de interpretar racionalmente las leyendas y mitos griegos reduciendo su contenido a elementos históricos y sociales (evemerismo). En el siglo VI a.C. Teágenes de Regio intentó una empresa parecida para interpretarlos de forma alegórica y extraer su sentido profundo.
Hermenéutica y Teología
Pero el origen de los estudios hermenéuticos se encuentran realmente en la [teología] cristiana, donde la hermenéutica tiene por objeto fijar los principios y normas que han de aplicarse en la interpretación de los libros sagrados de la Biblia, que, como revelados por Dios pero compuestos por hombres, poseían dos significados distintos: el literal y el espiritual, este último dividido en tres: el anagógico, el alegórico y el moral:
• El sentido literal es el significado por las palabras de la Escritura y descubierto por la exégesis filológica que sigue las reglas de la justa interpretación. Según Tomás de Aquino, en Summa Theológica 1,1,10:
Omnes sensus (sc. sácrae Scriptúrae) fúndentur súper litteralem.
Todos los sentidos de la Sagrada Escritura se fundan sobre el sentido literal.
• El sentido espiritual, infuso por Dios en el hombre según la creencia cristiana, da un sentido religioso suplementario a los signos, dividido en tres tipos diferentes:
o El sentido alegórico, por el que es posible a los cristianos adquirir una comprensión más profunda de los acontecimientos reconociendo su significación en Cristo; de esa manera el paso del mar Rojo simboliza la victoria de Cristo y el bautismo. (cf 1 Pablo a los colosenses 10,2).
o El sentido moral, por el cual los acontecimientos narrados en la Escritura pueden conducir a un obrar justo; su fin es la instrucción (1 Co 10, 11; cf Pablo a los hebreos 3-4,11).
o El sentido anagógico (o sentido místico) por el cual los santos pueden ver realidades y acontecimientos de una significación eterna, que conduce (en griego anagogue) a los cristianos hacia la patria celestial. Así, la Iglesia en la tierra es signo de la Jerusalén celeste. (cf Apocalipsis 21,1-22,5)
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